Conocemos el testimonio del anterior párroco de Benamahoma, Pablo Gómez y sus feligreses, Joaquín y Charo para dar a conocer como se llevo a cabo toda la acogida de la familia llegada desde Ucrania.
Durante esta semana la Iglesia en España se prepara para vivir el «Día de la Iglesia Diocesana», que se celebra el 12 de noviembre. Desde que el pasado 26 de octubre la Conferencia Episcopal Española presentara la campaña, las distintas Diócesis ponen al servicio de sus fieles toda la información sobre su actividad. Esta iniciativa nos recuerda, que juntos todos somos responsables de sostener nuestra Iglesia con nuestro tiempo, oración y ayuda económica.
Con la finalidad de que el Pueblo de Dios que peregrina en Asidonia-Jerez ejemplifique hasta donde llega toda la entrega y ayuda que damos a nuestra Diócesis. Desde la Delegación Medios de Comunicación se han preparado distintos testimonios para conocer todo lo que podemos conseguir como familia diocesana entregando nuestro tiempo, cualidades y ayuda económica. El segundo de los testimonios se trata de adentrarnos en la vida parroquial de Benamahoma, donde el pasado año esta feligresía junto a su párroco llevo a cabo la tarea de acoger a una familia llegada desde Ucrania.
Esta historia comienza con el sacerdote Pablo Gómez y los feligreses de Benamahoma, quienes trabajaron para poder acoger en la casa parroquial a una familia llegada desde Ucrania, debido al conflicto que se vive allí. Una vez en este pueblo pequeño de la Diócesis, los feligreses Joaquín y Charo nos cuenta el agradecimiento que mostraban por tanta ayuda. También explican que al principio fue complicado debido a la diferencia del idioma, aunque este tema se acabo gracias al conocimiento de Inglés de un vecino de la localidad. Asimismo, destacan como han ido funcionando para atender a esta familia, ya que además de vivienda había que hacerles llegar sus necesidades básicas como la comida. Tras esa etapa, todo ha cambiado ya que los miembros de la familia han podido encontrar un trabajo haciendo que ya puedan atender esas necesidades por ellos mismos.
Por otro lado, se destaca por parte del sacerdote los caminos inescrutables del Señor. Es decir, como se cumple la voluntad de Dios, ya que nos cuenta que para acoger a las familias participaban muchas grandes ciudades, y como finalmente es uno de los pueblos más pequeño de la Diócesis los que acogen a estas personas. De esta forma vemos el testimonio de como los más pequeños se hacen los más grandes.
Por último, los feligreses Joaquín y Charo invitan a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Asidonia-Jerez que ayuden con su tiempo, cualidades, oración o colaboración económica. Ya que toda esta ayuda se puede convertir en un ejemplo como el ocurrido en Benamahoma donde se acoge a personas que buscan un hogar.