Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, presidió esta Eucaristía, donde también Asidonia-Jerez junto a toda la Iglesia daba un paso más en el camino del Adviento celebrando el 3º Domingo de este tiempo litúrgico.
En la jornada de ayer, la Diócesis de Asido nia-Jerez vivía un día de alegría junto al corazón de la Diócesis, el Seminario Diocesano. Los seminaristas Pablo Mula, Luis Carlos y Sergio Álavrez recibían el ministerio del acolitado. Momento especial para nuestra Iglesia local que se unía en la Santa Iglesia Catedral en una Eucaristía presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez. Asimismo, también nos uníamos a toda la Iglesia en la preparación para celebrar la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, viviendo el 3º Domingo de Adviento.
En la homilía, el prelado ha recordado lo que la Iglesia nos pide en la celebración del 3º Domingo de Adviento, que es alegrarnos en el Señor, ya que su venida está cerca. Asimismo, ha mencionado la importancia de vivir junto a la Iglesia cada pasaje que las lecturas de la liturgia nos trae, y de esta forma seguir la voluntad que Dios quiere para nuestra vida en cada momento.
Por otro lado, ha destacado la alegría que el Señor nos trae, que es la que podemos vivir de manera anticipada ahora para así vivirla plenamente cuando lleguemos a nuestra meta que es la vida eterna. Asimismo, ha recordado, que para alcanzar esta alegría, en primer lugar debemos dejarnos perdonar los pecados; es decir, dejar a Cristo que cure nuestras heridas para así alcanzar la paz. Igualmente, ha subrayado que para llegar a esta alegría debemos ser humildes, sabiendo que el Señor es nuestro guía, y que solo siendo pequeños podremos llenarnos de su amor.
Siguiendo con la idea de como vivir la alegría que el Señor nos trae, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez, ha recordado que otro de los pilares es la oración, es decir, el trato con el Señor, ya que si esto se da podremos alcanzar la alegría incluso en las situaciones más adversas de nuestra vida. Asimismo, ha destacado que somos voces del Señor en medio del mundo, y al tener la alegría de Él debemos llevarla a los demás, enseñando la alegría de creer.
Por último, mencionando el ministerio del acolitado de los seminaristas, ha recordado la importancia de todos estos pasos, ya que van haciendo que su se vaya conformándose y dándose por completo a Cristo hasta llegar al sacerdocio. Asimismo, ha pedido que sigamos rezando por todas las vocaciones que no conocen a Cristo, ya que sin ese encuentro con Él no serán capaces de conseguir vivir la alegría.