Monseñor José Rico Pavés presidió los dos actos que se dieron lugar el templo que recibe el nombre del santo, comenzando por el tradicional acto del Te Deum, para seguir con la celebración de la Eucaristía.

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En la jornada de ayer, Jerez de la Frontera, ciudad sede de la Diócesis, acogió un día muy especial. En concreto, hablamos del día de su patrón, San Dionisio Areopagita. El templo que recibe el nombre de este santo acogió los dos actos principales, el primer de ellos el tradicional Te Deum, que acoge al Cabildo Catedral y Cabildo Civil. Tras este, tocaba el turno de la Santa Misa, presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.

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En la homilía, Monseñor José Rico Pavés recordó la importancia de vivir la liturgia, porque aquí la Palabra se proclama viva, ya que la liturgia es la vida del cielo en la tierra. Asimismo, destacó que este es el ejemplo claro en el que podemos ver como Cristo camina con su pueblo, y nosotros participando y viviendo la Eucaristía podremos ensanchar nuestro corazón con su amor.

Por otro lado, subrayó la figura de lo santos, en este caso de San Dionisio Areopagita. En él podemos ver una respuesta clara para ganar la felicidad, y es ganar en Cristo, ya que para que sirve no estar con Él y ganar las alegrías de este mundo que son efímeras y nunca llenarán nuestro corazón. Asimismo, recordó la lectura que se había leído en la Santa Misa donde se menciona a San Dionisio Areopagita y Damaris, destacando, la figura de la mujer donde de manera silenciosa viven su fe siendo ejemplos para todos, convirtiéndose en modelos donde descubrimos el amor de Dios. En este caso, el prelado ha destacado a Isabel, cofrade de la Hdad. de la Yedra que recibía ayer en esta Eucaristía un homenaje por el inmenso amor entregado en su Hermandad.

Por último, y siguiendo con la misma idea, destacó a San Dionisio Areopagita, mencionando la idea de como este santo se deja tocar por las palabras de San Pablo y así transforma su corazón. Igualmente, recordó la importancia de mirar a nuestra madre, mencionando en este caso a la Esperanza de la Yedra, querida por Isabel, destacando la advocación de Esperanza a la cual nos invita el Papa Francisco en el Año Jubilar de 2025.