La Santa Iglesia Catedral acogió en la jornada de ayer la Solemnidad de la Inmaculada Concepción presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.

El primer templo de la Diócesis acogió en la jornada de ayer un día muy importante. Hablamos de la celebración de la Inmaculada Concepción, patrona de la Iglesia Asidonense, momento donde en este tiempo de Adviento, la familia diocesana juntos a su pastor pone la mirada en la Virgen María. Presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, en esta Santa Misa estuvieron presentes las distintas vocaciones de la Iglesia de Asidonia-Jerez, desde sacerdotes, pasando por laicos y Vida Consagrada.

En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez ha recordado que hace 3 años la Diócesis se consagró al Inmaculado corazón de María, poniendo nuestra vida en el corazón de nuestra Madre y así saber que solo así llegaremos a la salvación siguiendo su plan preparado en su Hijo. Asimismo, mencionando el Evangelio que nos trae la liturgia podemos ser capaces de saber que tenemos que tener presente para llegar a la santidad, ya que María es ejemplo para todos los cristianos.

Siguiendo con la misma idea, el prelado ha destacado que todos somos llamados por nuestro nombre, teniendo una misión a la que debemos tener confianza en el Padre y así este plan llegará a su término. Por este motivo, es importante tener el oído bien abierto para escuchar esa llamada que nos lleva a la meta alta a la que el Señor nos llama.

Por otro lado, ha subrayado la escucha de la Palabra de Dios, donde María tiene la turbación de asombro, sintiéndose pequeña ante la promesa del Padre con ella, siendo esto ejemplo para nosotros. Igualmente, ha destacado la docilidad que María muestra, algo que debemos tener presente en nuestra vida sabiendo que nuestra meta es el cielo.

En otro orden de ideas, Monseñor Rico Pavés recordó la importancia de este día para la Diócesis ya que toda la familia diocesana pone su mirada en María y así llevan el mensaje de Cristo al mundo. Asimismo, tuvo una especial mención por las personas que viven actualmente un momento complicado en su vida, sabiendo que con Cristo y su madre nunca perderemos la esperanza.

Por último, cabe mencionar que en esta Eucaristía estuvo presente el Movimiento Christifideles Laici, los cuales se consagraron al Inmaculado corazón de María, momento especial donde ponemos nuestra meta en el amor de su Hijo y así preparamos el camino hacia la salvación.