Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, comenzó el fin de semana en la localidad diocesana de Sanlúcar de Barrameda con la bendición de una imagen de santa Ángela de Cruz, para terminar el domingo iniciando el día en Olvera y finalizando en El Puerto de Santa María.
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El primer fin de semana de julio, la Iglesia Asidonense vivía una jornada intensa, donde Monseñor Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, visitaba las localidades de Sanlúcar de Barrameda, Olvera y El Puerto de Santa María. Todo se inicia en Sanlúcar Barrameda donde la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San Sebastián acogía la bendeción de la imagen de santa Ángela de la Cruz.
Después de esta bonita jornada en la localidad diocesana de Sanlúcar de Barrameda, el prelado estuvo presente el domingo por la mañana en la zona de la sierra, en concreto en Olvera donde tres comunidades de El Puerto de Santa María celebraban la Santa Misa presidida por el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez.
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El Puerto de Santa María fue la localidad diocesana en la que el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez finalizó la actividad pastoral el fin de semana. En concreto en el Monasterio de las Comendadoras del Espíritu Santo, que celebraron la Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de Guido Montpellier.
En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez recordó que el Señor nos pide amar como Él nos ama y así ayudar aquellos que lo necesitan y más sufren, siendo la única forma de poder ver en estos hermanos al propio Cristo. Asimismo, ha destacado lo que celebrábamos, que es al beato Guido de Montpellier, siendo así ejemplo para todos los cristianos, y así ser intercesores para ayudarnos en el caminar de nuestra vida.
Por otro lado, ha subrayado que ahora la misión de las Comendadoras del Espíritu Santo es dar a conocer la vida del beato Guido de Montpellier. Igualmente, ha mencionado como la santidad de muchas personas a lo largo de la historia de la Iglesia contagia a los que se encuentran a su alrededor, de esta forma mostrar la comunión de la Iglesia y junto salvarnos y llegar a la meta a la que estamos llamados.
En otro orden de ideas, destaca que el carisma principal que nos enseña el beato Guido de Montpellier es ser dóciles al Espíritu Santo, y así llegar a la meta del cielo que es a la que estamos llamados. De esta forma, si seguimos la voluntad del Señor seremos capaces de llevar a los demás el amor de Dios.
Por último, mencionando el Evangelio, debemos darnos cuenta que si ponemos en práctica el amor que Cristo primero nos da, podremos dar a toda las personas ese amor verdadero.