- Del 5 al 7 de diciembre a las 19:30hrs la Santa Iglesia Catedral acogerá la celebración del triduo dedicado a la Inmaculada Concepción de María.
- El 8 de diciembre a las 11hrs se celebrará la festividad de la Purísima en la Santa Iglesia Catedral presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.
Tras el comienzo del tiempo litúrgico del Adviento este domingo 3 de diciembre, en la Iglesia vivimos durante este mes distintas solemnidades, entre las que destaca en Asidonia-Jerez la celebración de la Inmaculada Concepción María, patrona de la Iglesia Asidonense. Esta festividad, tan importante en nuestra Iglesia, nos hará poner nuestra mirada en María, y así preparar nuestro corazón para la llegada del Salvador.
Poniendo nuestra oración ante las plantas de la Niña María, perteneciente al Colegio Montaigne de Jerez, viviremos toda la preparación de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, la cual ha comenzado hoy 5 diciembre con la llegada de esta imagen al primer templo de la Diócesis, y esta tarde la celebración a las 19:30hrs del primer día de triduo. Tras este inicio, nos iremos hasta mañana 6 diciembre donde viviremos a las 19:30hrs el segundo día de triduo, donde ya nuestro corazón debe ir conformándose para así vivir las vísperas y la festividad el 8 diciembre. Cabe destacar, que tanto el 5 y 6 de diciembre presidirán miembros del Cabildo Catedralicio, siendo ya el último día, el 7 diciembre a las 19:30hrs en la Santa Iglesia Catedral donde presidirá Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez.
Ya una vez metidos en la solemnidad, el primer templo de la Diócesis acogerá el 8 diciembre a las 11hrs la festividad de la Inmaculada Concepción de María. Esta celebración estará presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, y llegará a su término con el traslado de la imagen de la Niña María hasta su sede en el Colegio Montaigne de Jerez de la Frontera.
Desde la Diócesis se invita a vivir esta preparación y festividad de la Purísima, ya que se trata de un momento especial para nuestra Iglesia local, ya que debemos aprovechar la oportunidad que la liturgia nos ofrece para unirnos como pueblo de Dios que peregrina en este territorio.