Monseñor Rico Pavés presente en la ordenación episcopal del nuevo Obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe
27 noviembre, 2022
Redacción : Diócesis de Getafe
La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús (Cerro de los Ángeles) acogió en la jornada de ayer ordenación episcopal de D. José María Avendaño.
Emoción, cariño, mucha alegría y “calidez de hogar” fueron las notas predominantes de la ceremonia de ordenación episcopal de D. José María Avendaño Perea como nuevo obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe celebrada en la mañana del sábado 26 de noviembre en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús.
Presidió el acto el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán y actuaron como co-consagrantes el Nuncio de su Santidad, Mons. Bernardito Auza y el Cardenal de Madrid, D. Carlos Osoro.
Una celebración que congregó a cinco cardenales y cuarenta arzobispos y obispos, entre los que se encuentran el emérito de Getafe, D. Joaquín María López de Andú-jar y el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, a quienes une una profunda amistad con D. José María.
A ellos se sumaron, entre otros, el Cardenal Arzobispo de Barcelona, el cardenal Arzobispo emérito de Valladolid y el de Madrid, el Arzobispo de Toledo y el de Valladolid, el Obispo de Coria-Cáceres, el de Cuenca, de Astorga, el Castrense, el de Burgos, el Obispo de Málaga, el Prior de Ciudad Real, el Obispo de Ibiza o el de Plasencia.
Desde Asidonia Jerez se trasladó D. José Rico Pavés y desde Cádiz, D. Rafael Zornoza, que fueron Obispos auxiliares de la Diócesis de Getafe y que han querido estar junto a D. José María en la ordenación.
Entre los invitados a la celebración y por expreso deseo de Avendaño se encontraban los que San Juan Pablo II llamaba ‘los heridos por la vida’: internos del Centro de salud mental San Juan de Dios, de Ciempozuelos; afectados por el VIH y drogo-dependientes que viven en la Casa de acogida Basida, en Aranjuez y algunas perso-nas del albergue de transeúntes San Vicente de Paúl, también de Aranjuez. Personas a la que D. José María visita, pastorea y cuida desde hace mucho tiempo y por quienes siente especial predilección.
Presidió el altar una imagen de la patrona de la Diócesis de Getafe, Nuestra Señora de los Ángeles, en su talla de madera policromada en blanco y azul del siglo XVII, coronada y rodeada de un arco plateado del siglo XVIII, que los miembros de la Congregación habían trasladado el día anterior desde la Ermita hasta la Basílica.
La ceremonia, que comenzó con la procesión de entrada, estuvo marcada por los ritos llenos de simbolismo propios de una ordenación episcopal: la presentación de D. José María, la lectura del mandato apostólico por parte del canciller secretario, Francisco Armenteros, la promesa, la imposición de las manos, la plegaria de ordenación e imposición del libro de los Evangelios, la unción de la cabeza, la entrega del libro de los Evangelios, la imposición del anillo, la imposición de la mitra y la entrega del báculo pastoral.
Después de la Comunión, el ordenado recibió la mitra y el báculo y, acompañado por dos de los Obispos ordenantes, el obispo emérito de la Diócesis de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar y el arzobispo de Toledo, D. Francisco Cerro recorrió la Basílica bendiciendo a todos los fieles presentes, que le prodigaron varios aplausos.
Al finalizar la celebración el nuevo obispo auxiliar también quiso dirigir unas palabras de agradecimiento a sus hermanos en el episcopado, autoridades, sacerdotes, religiosos y laicos, cargadas de emoción y en las que pidió la intercesión de la patrona de la Diócesis, del Sagrado Corazón y de los santos para su nueva tarea que la Iglesia le encomienda.
Además quiso comenzar su ministerio episcopal pidiendo a Dios que le concediera “audacia de profeta, fortaleza de testigo, clarividencia de maestro, seguridad de guía, mansedumbre de padre, y siempre sencillez, caridad y humildad para poder llevar a cabo esta hermosa labor «con el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo» (EG 268), nos exhorta el Papa Francisco.
“Que los pobres, indefensos y necesitados se sientan custodiados y defendidos desde mi corazón” subrayó el nuevo prelado auxiliar añadiendo un especial recuerdo para su familia y sobre todo para sus padres Cándido y la sierva de Dios, Jorja Pere que “han hecho posible el tejido y la urdimbre de la fe en el fragor de la vida”.
Tampoco quiso olvidarse de todos aquellos que habían preparado la celebración “gracias a todos los que habéis colaborado y estáis colaborando con generosidad en la preparación de la celebración de mi ordenación episcopal para que todo esté con calidez de hogar”.
Con aplausos, alegría, algunas lágrimas y el canto a la Virgen terminó la celebración.
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