PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : «Desde las llagas de Jesús resucitado se sigue derramando el amor que vence el odio, restaura la verdad y descubre la belleza»

PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : «Desde las llagas de Jesús resucitado se sigue derramando el amor que vence el odio, restaura la verdad y descubre la belleza»


14 abril, 2023

La Octava de Pascua se cierra con el Domingo de la Divina Misericordia. A través de la liturgia pascual somos llevados al encuentro con Jesús resucitado, quien nos muestra las llagas de las manos y del costado. Con la resurrección, el tiempo ha entrado en la eternidad. Los acontecimientos que configuran el primer Domingo de la historia desbordan los límites de este mundo. Sorprendentemente, en el cuerpo resucitado de Cristo permanecen las heridas de la pasión. No son ya heridas dolorosas, sino torrentes de misericordia.  

     A pesar del anuncio de las mujeres, de la constatación del sepulcro vacío y de los primeros encuentros con el Resucitado, los discípulos siguen encerrados en sus miedos. Jesús entonces se deja ver. El saludo que anuncia su presencia trae la paz, vencedora de miedos y cobardías. Y en seguida muestra las manos y el costado. En las llagas está la marca de la pasión soportada, que ahora se muestra como prueba de la victoria alcanzada. Las llagas en el cuerpo glorioso de Cristo se conservan para curar el corazón de los que dudan. Mostrando las llagas, Jesús es reconocido por los discípulos, que cambian el miedo por la alegría. Y llega de nuevo la paz y con ella la misión que nace del corazón del Padre. El Hijo fue enviado por el infinito amor del Padre a los hombres. Y ahora el Hijo envía a sus discípulos para que extiendan el amor más grande a los confines del mundo. Los apóstoles reciben una primera efusión del Espíritu Santo, que prepara la que recibirá el nuevo Pueblo de Dios el día de Pentecostés, y son hechos portadores del perdón que sólo Dios puede otorgar. Será misión de la Iglesia construir la paz desde el perdón divino. Y en un nuevo encuentro con Jesús resucitado, las llagas además de vistas son tocadas. Tocando, Tomás vence sus dudas y se abre a la fe. Con los sentidos reconoce al Hombre, con la fe confiesa a Dios. Para apartar prejuicios y obstáculos, que los sentidos ayuden a la razón; para alcanzar la verdad plena y llegar al encuentro salvador, que la adoración auxilie a la fe. 

     A los que hemos recibido la alegría de creer sin haber visto, las llagas del Resucitado nos permiten vencer el miedo, alcanzar la paz y el perdón, superar las dudas, y confesar a Jesús como Señor. Desde las llagas de Jesús resucitado se sigue derramando el amor que vence el odio, restaura la verdad y descubre la belleza. Son llagas misericordiosas. 

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

ASIDONIA

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