LA PASTORAL PENITENCIARIA SIGUE CON SU CAMPAÑA DE LOS REYES MAGOS
23 noviembre, 2020
La Pastoral Penitenciaria sigue con la campaña de Reyes Magos. Los ciudadanos que lo deseen pueden donar en sus parroquias, antes del 21 de diciembre: mascarillas, agendas, pasatiempos, calcetines, guantes entre otros.
Los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Asidonia-Jerez siguen con la Campaña de Reyes Magos, como nos contó su Delegado el sacerdote diocesano Francisco Muñoz. Una campaña, lógicamente, marcada por la pandemia de la Covid-19.
Siguiendo las indicaciones dictadas por las direcciones de los tres centros penitenciarios existentes en El Puerto de Santa María, la Pastoral ha seguido cumpliendo su cometido de acompañamiento a la comunidad reclusa.
En este sentido, la Pastoral mantiene su compromiso para emprender su tradicional campaña de regalos navideños. Para ello necesita de la colaboración de católicos y no católicos que deseen realizar sus pequeñas aportaciones. Todos los presos, sin distinciones, vienen recibiendo sus regalos de Reyes desde hace ya varios años por iniciativa de esta Pastoral.
Las personas interesadas en donar: calcetines, bragas de cuello, guantes, mascarillas, agendas, pasatiempos… podrán donar estos objetos y entregarlos en cualquiera de sus parroquias, si bientodos los regalos se centrarán en la Parroquia de San Juan de Dios, de Jerez de la Frontera, antes del 21 de diciembre.
También se puede colaborar con un donativo realizado mediante sistema Bizum, en el teléfono: 647 84 98 18
La fecha límite para realizar las entregas será el 21 de diciembre.
El trabajo de la Pastoral Penitenciaria
La Pastoral Penitenciaria comenzó a desarrollar su labor en la década de los ochenta del pasado siglo. En la Diócesis de Asidonia-Jerez, medio centenar de personas forman parte directa de la Pastoral. Tanto seglares como laicos se basan en la cita bíblica de Mateo 25,36 (“Estuve en la cárcel y vinisteis a verme…”) para responder cristianamente a ella participando en un proceso de evangelización. Las cárceles no son ajenas a la comunidad de creyentes, sino que ha de implicarles profundamente, al ser una de las realidades menos atendidas por la sociedad e incluso por la propia Iglesia Católica.
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