Monseñor Rico Pavés presidió en la tarde de ayer en la Santa Iglesia Catedral la Eucaristía con motivo de la apertura de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos.

La Santa Iglesia Catedral, siguiendo las correspondientes medidas higiénico-sanitarias, acogió ayer la Eucaristía con motivo de la apertura de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos. Presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, esta celebración contó con la presencia de distintas realidades eclesiales de la Iglesia Asidonense, que hicieron comunión para caminar en sinodalidad como nos pide el Santo Padre tras la apertura de la preparación del Sínodo el pasado 9 de octubre desde la Basílica de San Pedro.

En esta Santa Misa el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez recordó lo que se nos pide desde la Santa Sede, «la tarea de caminar juntos que requiere que nos reunamos en torno al único altar que es Jesucristo para juntos escuchar su palabra, para juntos alimentarnos de Él mismo que se nos regala como alimento celestial». Asimismo, hizo referencia a la comunión que es la Iglesia, aspecto que desde Roma se nos pide trabajar pensando en tres puntos de esta fase preparatoria, comunión, participación y misión.

Por otro lado, el prelado haciendo mención al Evangelio, recordó que donde existe la envidia o la rivalidad y no la comunión, «no estamos acogiendo al Señor de la vida, no estamos acogiendo la verdad de su Evangelio». Igualmente, menciono las siguientes tareas para realizar que el Papa Francisco nos pide:

la primera tarea es «reconocer que acudiendo a Cristo es como nuestro corazón recupera la capacidad de amar, y cuando recibimos el amor del Señor descubriremos algo sorprendente y es que Él mismo quiere contar con nosotros para seguir llevando el amor al mundo entero».

La segunda tarea es «la compasión, el amor que el Señor nos tiene es misericordioso y toca lo más entrañable de la condición humana, es amor limpio porque es verdadero y que busca limpiamente el bien de las personas en su debilidad». Recordando que debemos preguntarnos cada día si nos acordamos del que pasa hambre o esta desnudo, y si es así estaremos caminando juntos.

la tercera tarea es «servicio, porque Cristo no ha venido para que le sirvan sino para servir y entregar su vida en rescate por todos».

Por último, Monseñor Rico Pavés, menciono que para clausurar el año de San José en la próxima Vigilia de la Inmaculada Concepción consagraremos la Diócesis al Inmaculado Corazón de María y San José, » reconociendo así su especial patrocinio sobre la Iglesia universal, para no olvidar nunca hacia donde tenemos que dirigir la mirada para ser fieles al Señor».