En la tarde de ayer el primer templo de la Diócesis acogió distintos actos, entre los que se encuentra la Eucaristía presidida por Monseñor José Rico Pavés.

Durante la tarde de ayer la Santa Iglesia Catedral acogió, siguiendo las correspondientes medidas higiénico-sanitarias, distintos actos con motivo de la presencia de los símbolos de la JMJ, debido a que se celebrará el próximo año en el país vecino de Portugal. Entre las distintas actividades destacó una Eucaristía presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez, que contó también con la presencia del sacerdote encargado de la Pastoral Juvenil de la Iglesia de Lisboa. En esta Santa Misa se unieron los jóvenes distintas realidades eclesiales en torno a la cruz que entregó San Juan Pablo II en el año 1984 y el icono de María.

«Cuando los jóvenes se reúnen para rezar hay motivos para la esperanza, porque la juventud es la etapa decisiva de la vida en la que se nos invita a reconocer que la vida es regalo del Señor y que merece de la pena vivirla cuando con generosidad la regalamos a Él por el bien de los demás». Con estas palabras el prelado les dio un mensaje a todos los jóvenes presentes, en el que tienen que darse cuenta de la preciosa etapa que viven y que por ello deben aprovechar para conocer el amor de Dios para así regalar ese don a los demás. Asimismo, explico la historia de los símbolos de la JMJ que hace varios años el Papa San Juan Pablo II entregó a los jóvenes, además de contar su gran significado de amor y unión que tienen cuando todos nos reunimos en torno a ellos cuando celebramos las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Por otro lado, Monseñor Rico Pavés subrayo la importancia de conocer que es la cruz para los católicos, «ya que gracias a la entrega redentora de Cristo en la cruz se nos han abierto las puertas del cielo». Igualmente, mencionó el testimonio de un joven en el que vemos lo esencial que es para los católicos este símbolo, señal de esperanza y de amor hasta el extremo. De la misma forma, recordó que junto a los símbolos de la JMJ y su celebración es la oportunidad perfecta para preguntarnos cuál es nuestra vocación y lugar en la Iglesia.

Por último, antes de finalizar a la Santa Misa, y comenzar el Via-Crucis y luego más tarde la Vigilia, el sacerdote diocesano Jesús Castro Simancas contó su testimonio vocacional, el cual esta muy ligado a estos símbolos de la JMJ en su primera visita a la Diócesis en el año 2011.