Mons. Abdo Arbach: «La vida de los cristianos es cada vez más dura en Siria»
3 diciembre, 2021
Entrevistamos a Monseñor Abdo Arbach a las puertas de la visita que tendrá lugar mañana sábado 4 de diciembre a nuestra Diócesis de Asidonia-Jerez donde conocerá la realidad de la Iglesia Asidonense, además de celebrar la Eucaristía a las 19:30hrs en la Parroquia de San Juan de Ávila junto a Monseñor José Rico Pavés.
¿Cómo es la vida de los cristianos en su diócesis?
La vida de los cristianos es cada vez más dura en Siria. Después de la guerra la libra siria se ha devaluado mucho y la inflación está desbocada, con un bloqueo económico por parte de otros países que afecta incluso al no poder comer. La comida, la electricidad, la educación, los medicamentos o una operación han aumentado por diez su precio después de todos estos años de paz. Esto hace que las familias tengan que elegir entre comer, tener electricidad o moverse con el coche o medicinas. Con este contexto los datos macro tienen todo su sentido: el 90% de la población siria vive con menos de 1 dólar americano diario y el 60% no tiene garantizada una alimentación adecuada.
Dos ejemplos. Un sueldo medio de funcionario oscila en las 200.000 libras sirias, que no llega a los 80 dólares (no llega a 3 dólares diarios para toda una familia). Esto da para 3/4 depósitos de gasoil en el mejor de los casos. Por eso, las familias deben elegir entre comer, la educación de los hijos, calentarse, moverse o no estar enfermos. Una situación dramática.
Una operación hace 10 años costaba el sueldo de una persona, como he mencionado unas 200.000 libras sirias, unos 160 dólares. Hoy hay que multiplicar por diez esa cifra.
La minoría cristiana es cada vez más minoría en Siria. En 10 años, hemos pasado de más de 560.000 familias cristianas con una media de 5 hijos, a menos de 150.000 familias sirias con una media de 2-3 hijos por familia. La imposibilidad de afrontar una calidad de vida adecuada, motiva esto.
¿Cómo es la vida de un obispo en un lugar donde los cristianos son perseguidos?
La Iglesia no es ahora perseguida en Siria. Los cristianos y los musulmanes nos entendemos. Por ejemplo, la mayor parte de musulmanes trabajan en fábricas de cristianos. Mi tarea no es otra que estar con todos, rezar por todos, compartir la vida con todos.
Sabemos que los lugares en los que es usted pastor los cristianos sufren por su creencia. Aun así los fieles no dejan su fe ¿cómo puede ocurrir eso?
La fe es el pilar de la familia cristiana en Siria. La esperanza está ahí, en esa roca. Los cristianos no somos los privilegiados de la historia, somos los privilegiados de Jesucristo, de su amor.
¿Qué les diría a los fieles de nuestra diócesis que viven lejos esa barbarie que viven los católicos en Siria?
Pido dos cosas. Que recen porque se levante el embargo a Siria que tanto dolor y pobreza está causando y porque los líderes del mundo tomen conciencia y parte en la solución del conflicto para ayudar a la restauración del país, de las casas, que los jóvenes puedan trabajar y las familias puedan vivir en dignidad. Llevamos 10 años en guerra. ¡Basta ya! Queremos vivir en paz.
Con todo lo que usted ha vivido como pastor en su diócesis ¿qué momento recuerda que le marcase en los que verdaderamente sintió que Cristo está presente en el sufrimiento de Siria?
El 23 de junio de 2012 fui nombrado obispo de la Archidiócesis greco-católica melquita de Homs. Fui el primer obispo que entró en la ciudad una vez fue liberada. He vivido la guerra de Siria casi desde el inicio del conflicto. Mi sede episcopal, en el centro de Homs, fue tomada por los terroristas yihadistas y la convirtieron en su centro de operaciones y hospital de guerra. Mirar a mi pueblo, desear estar con él, sufrir y crecer con él es lo que ha marcado mi episcopado.
¿Cómo sirven los sacerdotes y hermanas a los cristianos de Siria?
Los sacerdotes sirven a comunidades probadas en su fe. Comunidades que recibieron a San Pablo y donde surgieron discípulos que fueron a todo el mundo a llevar la fe.
Y ahora, por todo lo pasado en los 10 años de guerra, añadiendo sus dificultades económicas y sociales, es una Iglesia mártir sin duda, son un testimonio de fe continuo.
Los sacerdotes, como muchos podrían pensar, no van con comida, ropa o trabajo. Van con su fe, acompañan a las familias en su fe. Es precioso que lo primero es rezar juntos con las familias y que la primera pregunta no es «¿Qué necesitas?» sino, ¿Cómo estás? de la que surgen todas las inquietudes, anhelos, necesidades de todas estas familias. Los sacerdotes y las hermanas acompañan a estas familias, que es lo primero que necesitan, no sentirse solas en esta situación. Una compañía a la altura del Señor.
¿Cómo sirve Ayuda a la Iglesia Necesitada?
Sin Ayuda a la Iglesia Necesitada la Iglesia no existiríamos, no podríamos vivir los cristianos en Siria. Nos han permitido reconstruir catedrales e iglesias bombardeadas y destruidas en la guerra en Homs, y otras ciudades como Alepo o Malula. Y también muchos proyectos de emergencia centrados en comedores sociales, microemprendimientos para los más jóvenes, o centros educativos.
Ayuda a la Iglesia Necesitada introduce una novedad en la Iglesia, sea cual sea su procedencia, y es una mirada de unidad entre las diferentes confesiones a las que acompaña. Un ejemplo es el impulso de más de 6.700 becas en todo Homs dirigido a jóvenes cristianos para ayudarles en el transporte a la universidad.
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