PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : “La clave del testimonio cristiano no reside en alardear de las buenas obras que hayamos podido hacer, sino en llegar a ser con nuestra vida transparencia del mismo Cristo”

PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : “La clave del testimonio cristiano no reside en alardear de las buenas obras que hayamos podido hacer, sino en llegar a ser con nuestra vida transparencia del mismo Cristo”


4 febrero, 2023

El simbolismo de la luz nos acompaña con especial intensidad en esta semana. Al comienzo del mes de febrero, el día 2, cuarenta días después de haber celebrado la Navidad, la Iglesia nos invita a revivir la presentación de Jesús Niño en el Templo. José y María acuden al templo de Jerusalén para consagrar a Jesús y ofrecer la ofrenda que prescribe la Ley. Al entrar, los recibe elanciano Simeón, quien, exultante de gozo, llama al Niño Jesús “luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”. En la Fiesta de la Presentación del Señor celebramos la Jornada de la vida consagrada, ocasión para dar gracias a Dios por las personas consagradas, cuya vida entregada al Señor en la Iglesia está llamada a sertestimonio de la luz de Cristo para que el mundo camine con esperanza.

​Al llegar después al Domingo, la Liturgia nos regala la palabra de Jesucristo que proclama que somos sal de la tierra y luz del mundo. La condición de discípulo de Cristo no se puede esconder ni disimular. Vivimos tiempos en los que muchos consideran que la fe debe vivirse en el ámbito privado de la conciencia y no debe traducirse en decisiones públicas. Jesucristo, sin embargo, proclama que somos sal y luz para que comprendamos que carece de sentido decirse cristianos y no vivir, también en el orden público, como tales. La luz que recibimos del Señor exige ser irradiada de forma que llegue a todos. Si olvidamos que solo Cristo puede colmar los anhelos más auténticos del ser humano, cederemos al engaño del mundo y taparemos por fuera lo que decimos creer por dentro. Por el contrario, si somos conscientes de que estamos llamados a comunicar a los demás la luz que recibimos del Señor, no la nuestra, comprobaremos entonces que no hay tarea que más dignifique al ser humano, de toda raza, lengua y condición, que evangelizar.

La clave del testimonio cristiano no reside en alardear de las buenas obras que hayamos podido hacer, sino en llegar a ser con nuestra vida transparencia del mismo Cristo. Para ser sal de la tierra y luz del mundo es entonces imprescindible cuidar la motivación de nuestras acciones: hacer el bien a todos y en todo, para que viendo nuestras buenas obras den gloria a nuestro Padre del Cielo.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

ASIDONIA

Sin Comentarios

Deja un comentario