PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : «la luz que nos llega a través de la liturgia se unen dos intenciones de capital importancia: la atención a la Palabra divina y la oración por la unidad de los cristianos».
20 enero, 2023
Llegamos con la Iglesia a la celebración del Tercer Domingo del Tiempo Ordinario y a la luz que nos llega a través de la liturgia se unen dos intenciones de capital importancia: la atención a la Palabra divina y la oración por la unidad de los cristianos. No faltan llamadas de atención al primer mes del año: después de la celebración del bautismo del Señor que cierra el tiempo litúrgico de la Navidad, se nos ha invitado a celebrar el Domingo de la Infancia Misionera y llegamos ahora al Domingo de la Palabra de Dios dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Misión, Palabra y Comunión: tres realidades constitutivas de la vida cristiana que encuentran su sentido a partir de la enseñanza de Jesucristo.
El evangelista san Mateo narra el inicio de la misión salvadora de Jesús advirtiendo que con sus palabras y hechos alcanzan su cumplimiento las promesas del Antiguo Testamento. La certeza que sostiene la esperanza cristiana descansa en la fidelidad de Dios. Aunque nosotros fallemos, sabemos que su amor es siempre más fuerte.
El cumplimiento de las profecías en Jesucristo nos desvela además la forma correcta de leer las Escrituras. Quien ignora las Escrituras desconoce a Jesucristo, pero quien conoce a Jesús tiene la llave para desentrañar las riquezas escondidas en el tesoro de las Sagradas Escrituras. La palabra del Antiguo Testamento se descubre también como palabra nueva cuando se lee desde el Señor.
La oración por la unidad de los cristianos requiere acogida dócil de la llamada de Cristo a la conversión. No hay comunión sin conversión y no hay evangelización sin comunión. La llamada a la conversión es la antesala de la llamada al seguimiento. La nueva evangelización requiere nuevos evangelizadores, misioneros decididos a seguir sin condiciones a Jesús, que dejan atrás sus divisiones y en la comunión con Cristo se convierten en portadores de la Palabra que Él nos confía. El secreto de la anhelada unidad de todos los cristianos está en la conversión y el seguimiento del único Señor Jesucristo, para llevar al mundo, con la fuerza del Espíritu Santo, la misericordia del Padre.
+ José Rico Pavés
Obispo de Asidonia-Jerez
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