Entrevistamos al sacerdote diocesano Roberto Romero, para conocer de cerca la vivencia de la Hermandades del Rocío de nuestra Diócesis.

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A comienzo de esta semana, las Hermandades del Rocío de nuestra Diócesis preparan todo lo necesario para vivir la tradicional peregrinación hasta Almonte donde se encuentra la Virgen del Rocío. Algunas comenzaban este camino el martes, otras el miércoles, pero todas tienen en común la mirada puesta en la Virgen y en vivir con ella la fiesta de Pentecostés, llegando así hasta su Hijo. Para conocer como viven estas Hermandades esta semana, este lunes pudimos charlar con el sacerdote diocesano Roberto Romero, quien tiene como labor pastoral la dirección espiritual de la Hermandad del Rocío de Rota, la cual se ponía en marcha este martes tras la Misa de Romeros.

El párroco de Nuestra Señora del Carmen de Rota, donde reside la Hermandad del Rocío de Rota, nos cuenta todas las actividades orativas y de convivencia que realizan desde la Hermandad y que no sólo se lleva a cabo esta semana sino durante todo el año. Asimismo, destaca la importancia de esta devoción que se vive en el Rocío, ya que nos acercamos a su madre que es mediadora de su Hijo, por lo tanto es ventana para que Cristo toque nuestro corazón.

«El Rocío es la Virgen y sólo la Virgen», con estas palabras, el sacerdote diocesano nos explica el sentido de esta peregrinación cristiana cuyo fin es el encuentro con el Señor través de la presencia de la Virgen. Asimismo, subraya que la fe del rociero es la que va cargando durante todo el camino con sus preocupaciones, inquietudes y al llegar a su madre, de vuelta viene de otro forma, y no es otra que confortado por la Virgen y su Hijo.

Por último, Roberto Romero, nos cuenta la labor pastoral que se realiza en el camino, en este caso la importancia de la Eucaristía y también sin olvidarnos del Sacramento de la Reconciliación. Destacando que durante todo el camino, el momento más especial es llegar a los pies de la Virgen y dejar ante su manto todas las intenciones y rezos.